Diputados LXXV Legislatura
Diputados LXXV Legislatura

Dip. María de la Luz Núñez Ramos

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Partido: Movimiento Regeneración Nacional (MORENA)
Legislatura: LXXV Legislatura
Tipo de elección: Representación proporcional
Curul:
Distrito: –
Entidad: –
Suplente: Dip. Giulianna Bugarini Torres

Nació en Puentecillas,  municipio de Leonardo Bravo, estado de Guerrero, la noche del 19 de febrero de 1948.

 Niña peregrina con sus padres y hermanos, vivió su primera infancia en un aserradero donde Juana Ramos, su madre, era maestra y Fidel Núñez Ávila, su padre, atendía la concesión de la tienda, la venta de gasolina y el comedor comunitario. Puentecillas era el aserradero y declinó con la explotación de la madera.

María de la Luz Núñez Ramos es una mexicana de la generación del 68, una mujer en la historia de nuestros pueblos, una madre fundadora de instituciones. Los jóvenes de entonces nunca jamás de los jamases pensaron en llegar a convertirse en septuagenarios.

Familiarmente, María de la Luz es de origen eminentemente campesino, tanto por las líneas materna como paterna. El valor irreflexivo sin límite, la intrepidez audaz, el sentido aventurero, la casta, el color, los heredó de los Núñez. El temple, la moderación educada, la tolerancia, el sentido espiritual de reflexión atenta, la capacidad de escuchar le vienen de “Juani”, su madre amorosa. Ella es esa conjunción de valores enriquecidos con su formación.

Los abuelos Juan Núñez y Rita Ávila, Yextlecos, sierreños del Filo Mayor, así como sus bisabuelos, y hasta dónde Serafín su hermano mayor ha averiguado, tienen la pista del tatarabuelo. Campesinos, ganaderos, traficantes de mezcal desde Yextla hasta la Costa Grande, de chivos al DF, ejidatarios al grado que “Fide” llegó a a figurar como comisariado ejidal. Doña Rita fungía como la matrona de Yextla y todos eran fabricantes de quesos. El güero Fidel recibió el beneficio de la educación rural aun cuando abandonó los estudios en Ayotzinapa. Como todas aquellas familias, anhelaban la educación para sus hijos como fruto de la revolución

Por el lado materno, el núcleo Linares es de cepa zumpangueña. Campesinos comuneros con raíces huichiltepecas. Don Antonio y doña Generosa, “Mamá Gene”, formaron una familia de maestros rurales, de gente de trabajo. Juana Ramos, como primogénita, conoció de arado y siembra, al término de la primaria aplicó para maestra rural obteniendo como primera plaza un puesto en Izotepec, allá mismo en la Sierra Madre del Sur.

Ambas ramas familiares han sido numerosas y de singular longevidad.

Por cuestiones económicas, la familia emigró a la ciudad de México donde vivieron desde 1951 hasta 1953, cuando el jefe del núcleo decidió trasladar la residencia a la selva madre del sur, llegando a El Paraíso, capital de la región cafetalera. Entonces, el desplazamiento se hacía a lomo de bestia o caminando desde Atoyac de Álvarez, la cabecera municipal. En esta localidad, Juani figuró como maestra rural y Fide se dedicó a sembrar la huerta de café iniciando el desmonte en La Pintada, al lado de sus hermanos y con el apoyo solidario de seres queridos como don Margarito Mejía y doña María Catalán, de los Castorena, los Aguilares; etc. etc.

María de la Luz conoció las letras del campo y aprendió a leer con la enseñanza de su madre. El ambiente hogareño, a pesar de la pobreza, era de una intensa pasión por la lectura, la música, en general por la bellas artes.

Sus hermanos César y Serafín quedaron internados en Tixtla desde donde pasaron a la Normar Rural de Ayotzinapa y don Fidel reanudó sus estudios hasta graduarse como profesor. Él también es egresado de la misma institución. Llegado el momento, don Fidel adquirió un solar en Chilpancingo donde construyeron, con el esfuerzo conjunto y las aportaciones suyas, de Juani y los ingresos ocasionalmente altos por el precio del café, la casa familiar en Moisés Guevara, 23 (Anteriormente Jacarandas).

María de la Luz concluyó la educación primaria en la Escuela “Primer Congreso de Anáhuac” (En Chilpancingo casi todo se denomina así) y de allí a la UAG, institución donde estudió el bachillerato e inició la carrera de historia.

María de la Luz es fruto del proceso de formación de la intelectualidad rural. Educada en los valores del humanismo socialista, recibió la luz de la literatura universal y mexicana de las diferentes escuelas de la izquierda. La costumbre de leer y el gusto por la música le fueron obsequiados por sus padres y sus hermanos. Todos guapos, todos cultos, todos bohemios, todos luchadores sociales, todos comunistas…Para aquella pildorita de vida no era extraño leer textos como “La Madre”, “Así se templó el acero”, “El Tábano”, siempre acompañados de los clásicos y de los legendarios textos de historia y de leyendas de la nación mexicana.

Ya en Chilpancingo, es propia la imagen de la hermosa rubita acompañada por la madre, quien la protegía de las inclemencias del tiempo. Su belleza alumbró y adornó las callejuelas de aquel Chilpancingo de los años cincuenta y de los primeros sesentas de calles de herradura, propias para andarlas de la casa a las escuelas, al mercado, a la iglesia. Era tal la devoción maternal, que Juani la acompañaba a los mítines iniciáticos y don Fidel viajaba con ella a los eventos estudiantiles y de la juventud comunista. Cuentan cómo, durante las balaceras antiestudiantiles, en 1960, el acertado jalón del padre la salvo de caer acribillada y ella recuerda cómo una bala le perforó uno de sus vestidos cosidos a mano por la madre amorosa.

Es posible que su ingreso a la Juventud Comunista y al movimiento estudiantil democrático tenga mucho de genético, pero ella se forjó en los valores más elevados del ser humano: solidaridad, rebelión contra todo tipo de injusticia y de impunidad, anhelos por el desarrollo, sentido del trabajo, de la educación.

Ingresó a la Juventud Comunista Mexicana (JCM) a los 16 años y pronto fue elegida responsable del Club en Chilpancingo, desde donde empezó a participar en los eventos nacionales tanto de la JCM como de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos. Chilpancingo recibió hospitalario el éxodo de nicolaitas expulsados durante la represión antidegortarista con lo cual la influencia de las ideas de izquierda fue todavía mucho más fuerte. Ella, como los estudiantes y sobre todo los líderes, intentaron elegir al doctor Eli de Gortari como rector de la UAG. No pocos sufrieron la derrota y fueron expulsados, entre ellos la mayoría de los dirigentes del Club de la JCM: César Núñez Ramos, Jaime Alcaraz, Pablo Sandoval Ramírez, Hidalgo Mondragón.

La casa familiar era hogar de todos los dirigentes y organizadores, tanto del PCM (Partido Comunista Mexicano), como de la JCM, de la CCI, del FEP, de la CNED, del MRM. Allí, en la humilde casa, pasaban Othón Salazar, Danzón, Rafael Jacobo, Celso Garza…

Lucio Cabañas llegó a ser parte de esta familia durante los cursos de verano de las normales y en las andanzas, los ires y venires con Serafín, el hermano mayor. Este hogar forma parte de la historia de la izquierda socialista de la segunda mitad del siglo XX. Los Núñez Ramos están en los anales más limpios. No son pocas las páginas escritas bajo el manto de la represión, de la zozobra, de las expulsiones y persecuciones rencorosas desde el poder, ora Serafín y Lucio, ora César y los emerremistas, ora Carmelo, ora los Cortés…Un cuento largo de escribir…

De Chilpancingo, María de la Luz emigró al DF en 1966. Después de infinitas vueltas y gestiones logró revalidar una buena parte de los créditos profesionales, ingresó a la UNAM en 1967, a la carrera de historia en la Facultad de Filosofía y Letras, donde cubrió los créditos para una pasantía. Ya en CU, el sello Puma la marcó como mujer, como profesionista y como luchadora social y política.

Una de las mejores influencias de aquella jovencita se la trasmitió Juan de la Cabada, maestro, camarada y padrino de generación. María de la Luz recuerda entre sus mentores en primer lugar a doña Juana Ramos, a los profesores Mateo Bravo, Evelia Acevedo, Aarón Flores, a Julia Mena Duque, Amin Zarur, Carlos Ruíz de la Peña, Carlos Félix, Eduardo Blanquel, Alfredo López Austin, Leopoldo Zea, Juan Brom, Eugenia Meyer, Andrea Sánchez, Ricardo Guerra, para mencionar algunos.

En la UNAM tiene el número de cuenta 6734692 y completó su formación académica en Madrid acreditando diplomados en archivonomía impartidos por la OEA y por la Universidad Autónoma de Madrid. Mucho influyeron los círculos de estudio y las actividades formativas dentro de la JCM. Sus hermanos la supieron llevar de la mano con esmero y solidaridad fraternal. Para ellos era y sigue siendo “la pelonchis”, la hermana primorosa.

Ya en el DF, la vida la colocó como ciudadana, primero de la Colonia Narvarte, en la calle de Tajín, casualmente la misma donde habitaba el michoacano que después sería su compañero de vida. Los locales del PCM/JCM en Mérida 183, el de la CNED en Córdova 95, empezaron a tomar sitio en la cotidianidad de aquella primorosa joven que era ya el sueño de centenares de pretendientes. María de la Luz era todo cuanto el mejor podía desear: Hermosa, linda, bella por donde se la viese, sencilla, cariñosa, solidaria, estudiosa, de familia colorada, y para mayor prenda, comunista. No abundaban las muchachas con tantas cualidades.

La Núñez Ramos destacó como militante juvenil, organizadora estudiantil. La experiencia como responsable del Club de la JCM la proyectó al cuadro directivo de la CNED. Sabía combinar la atención a sus estudios con el activismo cotidiano durante los años sesenta y es una figura de la generación del 68. Ella, como todos aquellos muchachos no tenía reposo. La vida era estudio, lucha y pronto amor.

Flechada, cedió a las maravillas de la vida, se vinculó amorosamente con Arturo Martínez Nateras, con quine a partir del 26 de mayo de 1968 contrajo matrimonio formando desde entonces una pareja atípica en todos los sentidos. De Tajín salió a vivir con Juan de la Cabada en la calle de Puebla en donde intensificó sus vínculos con el mundo de la literatura, de las artes y de la política, pues la casa de Juanito siempre fue uno de los puntos de encuentro. Por allí pasaban seres como don Ermilo Abreu Gómez, Alfredo, Pablo y Julia Marichal hijos de Esther y de Juanito, figuras juveniles del cine y de la música marcaban juvenilmente ese hogar enriquecido con la presencia de Angélica María, entonces militante secreta de la JCM, de jazzistas como Mario Patrón.

Las relaciones con el medio de la cultura la embellecieron con amistades de Mario Orozco Rivera, Eugenia y las hermanas León, con Alfredo Zitarrosa, Adolfo Mexiac; por supuesto con los camaradas pintores como Herlinda Sánchez Laurel, Carlos Olachez, Susana Campos, Esther González Cisneros; con Arnaldo y Ana Paula Córdova…

Los horizontes de aquella jovencita se extendieron con una actividad conspirativa dentro de la JCM. Ella participó destacadamente en el II Congreso Nacional de la JCM, más del lado de la inconformidad universitaria que del núcleo dirigente. Fue responsable del equipo de logística de los congresos IV de la JCM y XVI del PCM, realizados en Cuernavaca en 1973. Con algunas otras compañeras, entre ellas Luciana Noria, sirvieron en el equipo de inteligencia durante la visita de Salvador Allende, encargadas de vigilar los pasos de Pinochet de quien ya los cuerpos de inteligencia cubanos y chilenos internacionalistas tenía sobradas sospechas. Ella, como cientos de militantes de aquellos años, realizó incontables acciones conspirativas internacionalistas. Hospedó a luchadores perseguidos, participó exitosamente en el traslado y resguardo de recursos solidarios, y como todos ellos, siempre fiel a las acciones por las libertades democráticas y a la construcción de una izquierda socialista libertaria. Los plenos y eventos tenían en María de la Luz un elemento decorativo en lo bello y en lo profundo. Formó parte del Congreso constituyente de la CNED, de algunas conferencias, de los plenos del CEN.

Participó activamente en el movimiento del 68 desde el Comité de Lucha de Filosofía y en el despliegue de actividades de la CNED. Acosados sus dirigentes, ella pasó la prueba temprana, pues casada el 26 de mayo, embarazada y ella misma objeto de espionaje, tuvo que vivir sola en aquellos memorables días, desde el mismo 26 de julio. No obstante lo cual, intervino en las manifestaciones, en los mítines y en una serie de actividades especiales como vocera y correo de la CNED, como activista. Es simbólica una fotografía en uno de los mítines en Tlatelolco, el del 27 de septiembre, donde se la ve con claridad; fotografía usada erróneamente en varios libros para ilustrar el mitin del 2 de octubre al cual ella no asistió.

La madre joven dio luz a Metzeri, la hija primera, a la semana cuando aprehendieron al esposo. Es imprescindible conocer el parte de la DFS haciendo la crónica del parto en un hospitalito de la colonia Roma donde describen el santo y la seña en un texto maestro del régimen policial.

La prisión política es una nueva fase de una singular y luminosa hoja vida que transcurre entre el 10 de noviembre de 1968 al 20 de diciembre de 1971. Una chamaca, estudiante, madre jovencita sola, se enfrenta a la vida como una de las familiares de los presos políticos. Una nueva prueba que forja y templa su carácter. Sobrevive recta, digna, hiniesta a nuevos escollos y privaciones y es objeto de solidaridad familiar y camaraderil, especialmente de los compañeros de Monterrey. Poco, muy poco se ha escrito sobre las familias de la prisión política del régimen mexicano. Los padres de los jóvenes, las esposas, amantes, las novias, los compañeros, los hijos tiernos, forman un conjunto humano, un mosaico de vida, una fortaleza frente al acoso del régimen. Con su niña pequeñita, vive una heroica cotidianidad entre carencias y hostilidades. Las visitas a Lecumberri son el pan de cada día. Entre el 68 hasta diciembre de 1971 escribe con sus manos la historia colectiva de un millón de días de cárcel por las libertades democráticas, acude siempre puntual a la visita con la Metzeri recién nacid,a en brazos, una canasta de alimentos y el alma enamorada. Las tardes de la visita conyugal es una de las primeras en llegar al nido del amor enrejado. Padece las agresiones a los familiares, especialmente a las mujeres, las revisiones majaderasor; forma parte de las luchadores que se enfrentan y gestionan con las autoridades. Participa en las vistas de los juicios, en las manifestaciones; sigue estudiando, empieza a trabajar como bibliotecaria gracias a la solidaridad del Rector, don Javier Barros Sierra. Y no deja de luchar con sus camaradas no encarcelados. Los estudiantes vuelven a las calles y ella es una de ellos. Es parte de la inolvidable marcha por Camboya. Llega el 10 de junio a San Cosme con Yolanda Gaytán. La libran. Pugna por la libertad de los presos políticos, participa solidaria en la huelga de hambre de 40 días, sufre en carne propia la agresión del primero de enero de 1970 y llora la muerte de doña Celia Nateras, en Tuxpan. Se dice pronto, pero fueron 1165 días conmovedores. Opina sobre la posibilidad del autoexilio y fortalece con su actitud la de quienes no cayeron en aquel pecado.

Trabajadora de la Facultad de Ingeniería, primero en atención al público, es comisionada para rescatar el rico, inmenso y descuidado archivo de Minería, primero en CU y después en el Palacio de Minería, una tarea en solitaria. Cimenta la fundación de uno de los acervos más ricos de nuestro país y da origen a la fundación del Centro de Estudios Sobre la Universidad en el cual asciende a investigadora hasta su retiro en busca de nuevos horizontes.

Trabajadora de la UNAM, participa en la huelga sindical de 1972, en la fundación del STEUNAM como delegada al consejo general y a los comités de huelga. La delegación del CESU se distingue en la fundación del STUNAM y en la huelga constituyente de 1977. De allí la gran amistad con Evaristo Pérez Arreola y la diversidad de dirigentes y activistas de aquel sindicalismo idealista y triunfante.

María de la Luz Núñez Ramos es una de las fundadoras del Frente Democrático Nacional, es memorable que ella con Ifigenia Martínez Navarrete, son quienes leen, en febrero de 1988, en nombre de todos, la plataforma del FDN que enarbola Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Es una de las organizadoras del mitin en CU el 26 de mayo de ese año crucial. Firma en octubre el Llamamiento a constituir el PRD.

Arturo, el hijo varón la convence de buscar nuevos escenarios, la atrae a la empresa editorial Gabinete 1865 y posteriormente a Fábrica de Letras. Rotas las cadenas de la burocracia y del sedentarismo laboral, la vida la espera con nuevos episodios. El 1972 es elegida presidenta de la Cooperativa de producción Agropecuaria La Pintada SCL y en esa calidad interviene en la campaña para elegir gobernador en su natal Guerrero. Pronuncia un celebre discursos sobre la situación del estado y del mundo del café y los dirigentes políticos vuelven los ojos hacia aquella hermosa dama. Primero algunos priistas, entre ellos J Guadalupe Castorena y Felipe Adame, intentan convencerla de su postulación al Ayuntamiento de Atoyac. Después los “Barbones” (Guilivaldo Rojas, Mario Valdez y Secundino Catarino), en nombre del PRD. Empezaba 1993 y en la selva madre del sur nacía una figura nueva, innovadora, una insurgente electoral destinada al triunfo. Obtiene la nominación del PRD en una convención municipal en julio de ese año y desde allí empieza una verdadera transformación en la cultura político-electoral de las izquierdas en la Costa Grande. Después de una intensa campaña, sección por sección, casilla por casilla, casa por casa y voto por voto, es elegida presidenta municipal de Atoyac de Álvarez para el trienio 1993-1996. Rubén Figueroa Alcocer, con ese su instinto de bestia parda, dibuja la que sería su actitud y su destino al exclamar en público esa noche electoral

—“Me ganó esa hija de la Chingada”.

Cierto, le ganó como le ganaría todas las confrontaciones que hicieron uno de los rasgos distintivos del régimen Figueroista.

Desde aquella campaña empezó el giro del PRD, dejando atrás con muchas dificultades el gusto por las derrotas, las formas y los métodos catastrofistas y violentos. Cambiaron los palos, machetes, los mosquetones, por argumentos, propuestas, razonamientos, capacidad para dialogar y para debatir, y también creando un nuevo estilo de gobernar con la gente. Un gobierno innovador objeto de estudio, de atención nacional e internacional. Lo intentó casi todo con ínfimos recursos, y dio origen a la aún vigente Proclama de Atoyac, resumen del programa del federalismo democrático y del nuevo municipio libre. El gobernador no quitaba la mira apuntando en contra de María de la Luz y de los Barbones. Figueroa hizo todo lo posible para sembrar la división y abrir un frente interno. Provocación tras provocación perdió todas las partidas, hasta cuando se tiró a matar. El 25 de junio el gobierno realiza la masacre de Aguas Blancas y desde ese día hasta la salida del gobernador, el 12 de marzo de 1996, transcurre un lapso de riesgo permanente, de confrontación y lucha.

Le ganó aquella hija de la chingada, y el cacique Figueroa se fue repudiado por el pueblo. La figura de María de la Luz creció infinitamente y está escrita en los anales de la resistencia y de la lucha contra la impunidad. Triunfó la razón sobre la barbarie. Los resultados del buen gobierno y la victoria contra Figueroa convocaron al PRD, especialmente a Andrés Manuel López Obrador, a encantarla para participar como candidata diputada local en las elecciones de 1996 y a la federal en las históricas de 1997. En esas contiendas María de la Luz Núñez Ramos se reveló como una magnífica candidata, carismática, propositiva, disciplinada, y en torno suyo construyó equipos de ingeniería política aptos para organizar elecciones triunfadoras con las mejores artes de la innovación democrática. Parecía imposible, pero derrotó al PRI en el Cuarto Distrito de la Costa Grande y en el III en las elecciones federales. Las provocaciones corrían ahora por cuenta del gobernador sustituto Ángel Aguirre Rivero. La bruja, la hechicera de la Costa Grande, encantó al electorado y escribió algunas páginas de una leyenda. Las campañas son dignas de estudio. En la federal del 97, quizá la elección más pura desde la perspectiva democrática, el éxito se construyó sobre el convencimiento en torno a la agenda legislativa y el abandono total de las dadivas, del pragmatismo, de la reproducción de los modos y usos priistas.

María de la Luz Núñez ramos participó en las elecciones que cambiaron la relación nacional de fuerzas, que acabaron con la mayoría parlamentaria priísta y crearon el nuevo mosaico legislativo nacional. Ella ganó por méritos propios; no fue arrastrada por la ola cardenista de ese año.

Después, tomó parte en la competencia por la postulación como candidata a gobernadora para las elecciones de 1999; coordinó la campaña de Salgado Macedonio en la Costa, formó parte, en el 2002, del comité que ganó en Acapulco. Durante el proceso electoral del 2005, participó destacadamente en la promoción social de apoyo a Zeferino Torreblanca, realizando una muy creativa campaña sin candidato y durante la histórica sucesión presidencial del 2006 figuró como Coordinadora estatal de la Promoción al Voto a favor de Andrés Manuel López Obrador, encabezando una muy clara victoria en Guerrero.

Desde entonces, y sin cargo alguno, está dedicada como guerrera indómita en la batalla familiar contra el cáncer de mama que libra su familia con Palomita al frente. María de la Luz Núñez es una combatiente invicta por la vida, por la felicidad y por la esperanza, sus frases de orden preferidas.

Es usual la pregunta ¿Y que ha conseguido? Bien pues María de la Luz Núñez Ramos ha sido una fundadora de instituciones. Formó parte del nacimiento del CESU y de la biblioteca del Palacio de Minería, participó en la formación del sindicalismo universitario, ha sido una brillante editora. Forma parte del grupo fundador de la Sociedad Cooperativa de producción agropecuaria La Pintada SCL. Fundó el cabildo de mujeres en Acapulco, la Comisión de la Mujer en el Congreso del estado de Guerrero de la cual fue su primera presidenta, propuso y logró el acuerdo del gobernador Ángel Aguirre Rivero para la construcción del nuevo Palacio Legislativo, promovió el encuentro nacional de municipalistas en Atoyac, el cual aprobó la Proclama que sustentó la reforma del Artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, aprobada en 1999, en la cual el municipio libre adquiere la fuerza del orden de gobierno, más alla de ventanilla administrativa y propuestas de vigencia actual. En Atoyac, además de una insuperada obra material, su obra política, las innovaciones del gobierno, han sido objeto de estudios y ensayos de instituciones como el CIDE, la Fundación Ford, la UNAM, el Centro de Estudios Municipales Heriberto Jara, y como tal participó en infinidad de eventos. Ella es una experimentada y acreditada experta en federalismo democrático y en el municipio libre.

Diputada federal en la histórica 57 legislatura ganó la representación por voto mayoritario y contribuyó al fin de la mayoría absoluta priísta, hecho que constituye el giro al nuevo régimen y acelera la transición democrática. Su memorable agenda legislativa contiene propuestas que se convirtieron en leyes y dieron lugar a instituciones tales como el Instituto Nacional de la Mujer y el Consejo Nacional de Promoción Turística, idea recogida del proceso de legislar con la gente, gracias a su capacidad de construir consenso el Consejo surgió de esa legislatura dando un nuevo impulso al desarrollo del turismo en México, mismo que además pasó a ser concebido como rama estratégica de la economía, destino y vocación del país en la distribución internacional del trabajo. Por su iniciativa, y como respuesta al desastre del Huracán Paulina, el Congreso acordó la creación del Fideicomiso que invirtió en la reparación de los daños materiales. María de la Luz Núñez Ramos introdujo la idea de construir un nuevo Acapulco sobre la base de un proyecto incluyente, diferente de raíz al turismo depredador y excluyente de los titulares de la tierra y de las playas.

Núñez Ramos es figura central en la denuncia de la masacre de Aguas Blancas, encabeza la resistencia y la lucha en contra del gobernador Rubén Figueroa Alcocer, es la suya la denuncia central que origina la resolución 104/95 de la CNDH y su testimonio es el referente principal en el acuerdo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual concluye el proceso de investigación constitucional dictando la grave violación a los derechos humanos cometida por Rubén Figueroa Alcocer y sus funcionarios. Tanto como diputada y después, insistió en que el acuerdo de la SCJN tuviese los efectos jurídicos correspondientes, reclamando ante la PGR y después denunciando a la Fiscalía Especial —Femospp— a los responsables de la Masacre.

Desde 2011 participó activamente en la fundación del partido “morena” en el estado de Michoacán. En 2015 fue elegida para participar como la primera candidata del partido “morena” a la gubernatura del estado de Michoacán y desde entonces ha trabajado por la consolidación del partido político del cual es fundadora. En 2021 le correspondió ocupar el primer lugar en la lista de candidaturas plurinominales al H. Congreso del Estado Libre y Soberano de Michoacán. El 15 de septiembre del mismo año, rindió protesta como diputada y sirvió como presidenta de la Mesa de Transición en la sesión de instalación de la LXXV Legislatura, tomando la protesta a sus compañeras y compañeros diputados. Preside la Comisión de Igualdad Sustantiva y de Género y es integrante de la Comisión de Cultura y Artes, del Comité de Editorial, Archivo y Biblioteca, así como de la Comisión Especial para la Investigación y Combate a la Desaparición de Personas y los Desplazamientos Forzados.

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