Los datos abiertos son aquellos que se publican con el objetivo de ser accesibles y utilizables por cualquier persona, sin restricciones significativas. Para que los datos se consideren verdaderamente abiertos, deben cumplir con varios criterios importantes.
Accesibilidad: Los datos deben estar disponibles y ser fácilmente localizables y accesibles para cualquier persona, preferiblemente a través de Internet.
Integrales: Los datos deben ser completos, sin partes cruciales omitidas, proporcionando toda la información necesaria para su uso y comprensión.
Gratuitos: El acceso a los datos debe ser gratuito, sin costo alguno para el usuario, eliminando barreras económicas para su utilización.
No discriminatorios: Los datos deben estar disponibles para todos, sin necesidad de registrarse, y sin restricciones basadas en la identidad del usuario o su intención de uso.
Oportunos: Los datos deben ser publicados y actualizados en intervalos regulares, asegurando que la información esté actualizada y sea relevante.
Permanentes: Los datos deben estar disponibles a largo plazo, con garantías de que no serán retirados o alterados sin previo aviso.
Primarios: Los datos deben estar en su forma original, sin haber sido procesados o agregados, permitiendo a los usuarios realizar sus propios análisis.
Legibles por máquinas: Los datos deben estar en formatos que permitan su procesamiento automático por computadoras, como CSV, JSON o XML, facilitando su análisis y reutilización.
En formatos abiertos: Los datos deben estar disponibles en formatos que no estén sujetos a restricciones de propiedad intelectual, permitiendo su uso y reutilización sin necesidad de software propietario.
De libre uso: Los datos deben estar provistos bajo una licencia abierta que permita su uso, reutilización y redistribución sin restricciones significativas.
Estos principios aseguran que los datos abiertos sean verdaderamente útiles y accesibles para una amplia gama de aplicaciones, fomentando la transparencia, la innovación y la participación ciudadana.